LA FUENTE DE LA TEJA ES PATRIMONIO DE TODOS
En los escritos del Sr. Arazuri nos relataba lo que Perico de Alejandría escribió sobre la fuente de La Teja:
“a la fuente de la teja
puedes marchar por placer;
el paseo es muy ameno
para el hombre y la mujer”
Sería bueno y saludable que los actuales concejales y concejalas que administran lo nuestro, se pasearan por placer por los rincones más pintorescos y limítrofes de nuestra ciudad, de ese modo además de conocer dichos lugares tendrían la oportunidad de acercarse a muchas vecinas y vecinos de a pie que sabemos disfrutar de la amistad y el paisaje.
Por desgracia para los administrados, a ciertos ediles solo les interesa el subsuelo y de forma obsesiva han logrado poner la ciudad patas arriba, han horadado el oscuro reino de las ratas hasta convertirlo en cofres de hormigón armado, en huchas gigantescas. Las empresas de la escavadora y la destrucción les tienen “comido el coco” a nuestros representantes y estos solo piensan en abrir en canal las entrañas de nuestra ciudad en busca de “yacimientos rentables”.
El Ayuntamiento en Pleno, blandiendo “informes técnicos favorables” (preparados por sus técnicos colocados a dedo por CDN y UPN dentro de la plantilla orgánica municipal) arremeten insensatamente destruyendo nuestros paisajes y rincones más entrañables, se cargan caminos y senderos, fuentes y veredas donde muchos vecinos y vecinas tratamos de encontrarnos con nosotros mismos y con la naturaleza.
La fuente de La Teja es un rincón amable y gratuito donde a pesar de que los coches rozan sus límites, se puede escuchar el canto de los pájaros y el eco de las risas y voces de nuestros antepasados.
A muchos de los políticos de turno esto no les dice nada, desde sus atalayas del poder desprecian lo cotidiano y popular. Ayer ahogaron en el abismo de una rotonda a la fuente Del Hierro, y hoy quieren llevarse por delante otra fuente emblemática.
Estamos más que sobrados de anchas avenidas, rotondas y garajes, ¡Humanicemos la ciudad! antes somos las personas que los coches. A la Sr. Barcina y a sus socios solo les preocupa crear grandes vías que conduzcan a sus garajes y hacer de la ciudad un gran hormiguero para coches. Antes de cargarse la fuente ¿por qué no derriban esa maldita gasolinera galáctica que rechazaron los vecinos de la vaguada?. Antes de plantarla a la sombra del seminario existía ya una salida de la rotonda que enfilada hacia Arrosadía, ahora esta vía esta taponada por depósitos subterráneos de petróleo y surtidores de colores que alimentan la contaminación. Por cierto, no hace mucho tiempo, al otro día de su inauguración aparecía la gasolinera fotografiada en un periódico local, delante de ella posaban ufanos ante la cámara dos de nuestros concejales y los dueños del negocio, se colocaban en primera fila sin importarle “el que dirán” y en ese alarde urbanita, se asemejaban a esos cazadores que no tienen reparo en posar delante de la pieza abatida. Después se fueron a comer y...punto.
No podemos consentir un atropello más, no podemos permitir que nos arranquen la fuente de su lugar. Tenemos que parar los buldózer antes de que terminen con nuestro patrimonio social y cultural. Denunciemos estos atropellos y contestemos sus planes de destrucción, y ante todo, no consintamos que personas tan desconsideradas ocupen cargos de responsabilidad en nuestros Ayuntamientos y Gobierno.
En los escritos del Sr. Arazuri nos relataba lo que Perico de Alejandría escribió sobre la fuente de La Teja:
“a la fuente de la teja
puedes marchar por placer;
el paseo es muy ameno
para el hombre y la mujer”
Sería bueno y saludable que los actuales concejales y concejalas que administran lo nuestro, se pasearan por placer por los rincones más pintorescos y limítrofes de nuestra ciudad, de ese modo además de conocer dichos lugares tendrían la oportunidad de acercarse a muchas vecinas y vecinos de a pie que sabemos disfrutar de la amistad y el paisaje.
Por desgracia para los administrados, a ciertos ediles solo les interesa el subsuelo y de forma obsesiva han logrado poner la ciudad patas arriba, han horadado el oscuro reino de las ratas hasta convertirlo en cofres de hormigón armado, en huchas gigantescas. Las empresas de la escavadora y la destrucción les tienen “comido el coco” a nuestros representantes y estos solo piensan en abrir en canal las entrañas de nuestra ciudad en busca de “yacimientos rentables”.
El Ayuntamiento en Pleno, blandiendo “informes técnicos favorables” (preparados por sus técnicos colocados a dedo por CDN y UPN dentro de la plantilla orgánica municipal) arremeten insensatamente destruyendo nuestros paisajes y rincones más entrañables, se cargan caminos y senderos, fuentes y veredas donde muchos vecinos y vecinas tratamos de encontrarnos con nosotros mismos y con la naturaleza.
La fuente de La Teja es un rincón amable y gratuito donde a pesar de que los coches rozan sus límites, se puede escuchar el canto de los pájaros y el eco de las risas y voces de nuestros antepasados.
A muchos de los políticos de turno esto no les dice nada, desde sus atalayas del poder desprecian lo cotidiano y popular. Ayer ahogaron en el abismo de una rotonda a la fuente Del Hierro, y hoy quieren llevarse por delante otra fuente emblemática.
Estamos más que sobrados de anchas avenidas, rotondas y garajes, ¡Humanicemos la ciudad! antes somos las personas que los coches. A la Sr. Barcina y a sus socios solo les preocupa crear grandes vías que conduzcan a sus garajes y hacer de la ciudad un gran hormiguero para coches. Antes de cargarse la fuente ¿por qué no derriban esa maldita gasolinera galáctica que rechazaron los vecinos de la vaguada?. Antes de plantarla a la sombra del seminario existía ya una salida de la rotonda que enfilada hacia Arrosadía, ahora esta vía esta taponada por depósitos subterráneos de petróleo y surtidores de colores que alimentan la contaminación. Por cierto, no hace mucho tiempo, al otro día de su inauguración aparecía la gasolinera fotografiada en un periódico local, delante de ella posaban ufanos ante la cámara dos de nuestros concejales y los dueños del negocio, se colocaban en primera fila sin importarle “el que dirán” y en ese alarde urbanita, se asemejaban a esos cazadores que no tienen reparo en posar delante de la pieza abatida. Después se fueron a comer y...punto.
No podemos consentir un atropello más, no podemos permitir que nos arranquen la fuente de su lugar. Tenemos que parar los buldózer antes de que terminen con nuestro patrimonio social y cultural. Denunciemos estos atropellos y contestemos sus planes de destrucción, y ante todo, no consintamos que personas tan desconsideradas ocupen cargos de responsabilidad en nuestros Ayuntamientos y Gobierno.
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